Máximo Laureano
La jefatura de la Policía Nacional ha anunciado como un hecho de gran trascendencia la salida a las calles de 13 mil hombres y mujeres de esa institución para garantizar el orden, tras el llamado del Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO) y otras organizaciones a manifestaciones de protestas por las alzas de los combustibles, los productos alimenticios de consumo masivos y otros servicios.De seguro una persona que no conozca como se manejan las situaciones en nuestro país, pensaría que estos grupos populares han convocado al pueblo a una revuelta social con armas en manos y no es así. Resulta que los activistas sociales solo han salido al frente para exigir al Gobierno que ponga atención a las demandas que hace la población y que cese la desidia oficialista, patrocinada por los actuales funcionarios de turnos. Al anunciar que 13 mil hombres y mujeres van a las calles, el jefe de la Policía pretende llevar temor para que la población no haga uso de un derecho legítimo contemplado en la constitución. El mayor general, José Armando Polanco Gómez, advierte que la sociadad ha cambiado y que basado en estos preceptos, no se quiere violencia.Y es cierto mayor general Polanco Gómez, la población no quiere violencia, pero tampoco quiere que manden policías a los barrios muchas veces enmascarados y "armados hasta los dietes", con sus respectivos gases lacrimógenos, para hacer frente a personas que solo protestan porque no le han dejado otra alternativa. Si en Hato Mayor y Los Ciruelitos han decidido salir a las calles con ollas en manos para protestar por el alto costo de la vida, no es evidencia de que esos grupos quieren violencia.Sin obviar que en estos actos que se llevan a cabo se pueden filtrar personas que nada tienen que ver con los movimientos sociales y populares, para protagonizar desórdenes, es una realidad que en mcho de los casos los hechos lamentables que se generan están ligados a las provocaciones y excesos de agentes polciales, que suelen usar sus armas, como los niños usan sus pistolas de agua en días de Reyes. Como ciudadano afectado por los mismos problemas que tienen los convocantes de las protestas, entendemos que debe primar la mesura de ambos lados para que por un lado la Policía cumpla con su deber de no permitir desórdenes, sin atropellar el derecho a las protesta de la población. Todo ciudadano que se identifique con las manifestaciones que se hagan que se sume, pero que procure no vulnerar sus derechos, porque en caso de que la situación no salga como se plantea, hay que tener presente que es una confrontación de armas contras ollas vacías.
