SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El sacerdote acusado de violación sexual en Constanza afirmó este lunes que tiene asignada un arma de fuego por el Ejército Nacional, que está construyendo una casa en el campo y que en sus vacaciones se dedica a cantar por paga.
El sacerdote Juan Manuel Mota de Jesús, mejor conocido como Padre Johnny, ofreció su versión de los hechos a través del programa El Sol de la Mañana,
“Yo tengo 8 producciones y todo eso, me dan un porte aporte, paga no porque no utilizamos el concepto, para mis cosas, pero eso es mío eso no es para la Iglesia, yo canto para mí en mí, en el mes de vacaciones, y hago varias actividades”, explicó el sacerdote
El Padre Johnny negó las acusaciones de violación sexual a varias menores de edad de las que está acusado al decir que nunca ha violado a una persona y nunca lo haría en sus once años como miembro de la Iglesia Católica.
Al hablar de una residencia en el campo, el padre Mota de Jesús afirmó que el terreno donde construye la vivienda se lo regalaron unos amigos, que está ubicada en la Colonia Kennedy y que la ha construido fruto de su trabajo, paralelo, como cantante además de la venta de sus discos.
“Tenía una pistola, porque yo soy oficial del ejército, yo soy capellán, pero eso yo lo entregué al Ejército Nacional”, explicó el sacerdote en el programa radial.
Dijo que hasta la fecha no ha sido suspendido ni trasladado de demarcación por parte de la Iglesia Católica ,y que el Ministerio Público no le ha notificado la supuesta acusación de violación sexual.
Activista y abogado reiteran denuncias
La vocera de la Coordinadora de Mujeres del Cibao, Raquel Rivera, y el abogado Félix Portes, que participaron por separado en el programa, mediante llamadas telefónicas, reiteraron las acusaciones y denuncias contra el sacerdote.
El abogado Portes dijo que el sacerdote habla de que no se han presentado pruebas, pero lo cierto es que el Ministerio Público, en Constanza y en La Vega, no han hecho las investigaciones necesarias para avanzar en el caso.
Afirmó que se interesó en el caso al saber de cómo varias familias afectadas por los hechos que se atribuyen al sacerdote chocaron con obstáculos para hacer valer su derecho a ser escuchadas y a reclamar justicia.
Por su lado, Raquel Rivera insistió en las denuncias y ponderó los datos y testimonios dados por las víctimas a las organizaciones y a periodistas de la región.
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