Los trabajadores y
trabajadoras de la cultura de Santiago atraviesan por el grave problema de
tener una insuficiente remuneración salarial, como es el caso del centro de la cultura,
la biblioteca Alianza Cultural Cibaeña y
el ateneo Amante de la Luz, ambos centros consagrados para el conocimiento.
Los empleados y empleadas de
estas instituciones culturales entiéndase: bibliotecarios y bibliotecarias, así
como personal de mantenimiento
y otras áreas, trabajan
prácticamente por amor al arte.
Los recursos están para hacer
factible un aumento de sueldo digno y es
más que necesario porque dicho aumento hace ya tiempo fue establecido
y aún los trabajadores y
trabajadoras de estos sectores de la cultura no lo han recibido.
Es que hay factores de poder dentro de dichas
instituciones que dificultan la
obtención de tales logros para los trabajadores y trabajadoras de la cultura de
Santiago.
Es precisamente ese espíritu
de egocentrismo y de maledicencia que mantiene a los trabajadores y
trabajadoras que pertenecen al sector de
la cultura de Santiago entre la espada y la pared, sin saber a donde
ir para expresar sus quejas y que estas sobre
todo sean escuchadas.
De persistir tal situación los
centros culturales de Santiago se quedaran poco a poco sin empleados, pues
muchos de estos se verán en la obligación de renunciar a sus respectivos
puestos de trabajo, pues que no es posible siquiera subsistir con un salario
mínimo o por debajo del mínimo de lo establecido por ley.
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