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martes, 10 de enero de 2017

La Factoría: Procesadora de caucho en Sánchez está en ruinas, pero con nómina

El personal de La Factoría se encargaba del procesar el látex, que es el producto extraído del árbol por los aldeanos y en un plazo de una semana, aquella faena, que inicia con sangrar el árbol, dejaba beneficios económicos. Lo que queda de esta producción es muy mínimo


SÁNCHEZ, República Dominicana.- Para las décadas de los años 70, 80 y 90, la producción de caucho en varias comunidades del municipio de Sánchez representó una opción económica importante para el sustento de muchas familias de la zona, pero hoy es solo un recuerdo, una estructura en ruinas, pero con una nómina de al menos 10 personas, según denunciaron dirigentes comunitarios.

Muchos, como Dionisio Cepeda, con cuchilla (herramienta para rayar el árbol) en mano, se apega a esta fuente de trabajo. Añoran la época en la cual con solo sangrar  este árbol prodigioso y procesar el látex y una espera de apenas una semana, tenían dinero.
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Otros que han encontrado opciones alternas para ganarse la vida, ante el descalabro del programa de reproducción y mantenimiento de la planta, consideran que ya no hay mercado para el producto.

La situación del caucho en la comunidad del batey La Hormiga de Sánchez, es cada vez más precaria: árboles que ya sobrepasan el tiempo de producción, los viveros para las nuevas plantaciones, que por décadas estuvo tutelado por el Ministerio de Agricultura, son cosa del pasado, aunque en muchos casos la facilidad de reproducción de la planta crea su propio relevo en los campos, donde antes, un inspector indicaba como tratar la planta para garantizar la regeneración de la corteza, esa vigilancia ya no existe.
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Luis Leonardo, dirigente comunitario de la zona, asegura que la producción, ya no es ni un 10 por ciento de lo que se representaba en las décadas de los 80 y 90. Agrega que fue la época de más dinamismo de “La Factoría”, nombre con el que identifica, la dependencia estatal, otrora fuente económica de la comunidad.

El personal de La Factoría se encargaba del procesar el látex, que es el producto extraído del árbol por los aldeanos y en un plazo de una semana, aquella faena, que inicia con sangrar el árbol,  dejaba beneficios económicos. Lo que queda de esta producción es muy mínimo.
En relación a la decadencia de la producción del caucho, los moradores de las comunidades de Sánchez tienen diferentes versiones: por un lado se atribuye el declive de la producción a que las nuevas generaciones no se han interesado más en este trabajo y han optado por salir de la zona para buscar otras alternativas de vida en los puntos  turísticos como de los municipios de Samaná y Las Terrenas. Otros se han ido a los centros urbanos como Nagua, San Francisco de Macorís, Santiago de los Caballeros y la Capital. Algunos lugareños consultados, sostienen que el declive de la producción del caucho ha sido una baja de mercado para la comercialización del producto.
Una de las versiones que más se repite es la del descuido de la autoridades estatales en el programa de reproducción, mantenimiento del árbol y la decadencia de las estructuras para procesar el látex de la planta.
La Factoría hoy es una ruina, aunque se conserva una mínima producción. El deterioro es muy notorio. Dionisio Cepeda es de los pocos aldeanos que se dedica a esta tarea de trabajar en el caucho, considera que aún se puede reactivar la producción y hacer que la comunidad sea prospera.
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Luis Leonardo considera que se debe hacer una evaluación para determinar si conviene reactivar la producción, porque en estas comunidades se requieren fuentes de trabajo. Agrega que cada vez son más las personas que abandonan el campo porque la motivación de quedarse ha desaparecido por la falta de inversión del Gobierno.

Leonardo propone que si ya no es rentable la producción del caucho, las autoridades deben contemplar la idea de preparar las condiciones para que La Factoría pase a ser un lugar de visitación turística, ya que esta zona tiene atractivo para que allí funcione un museo con lo que queda. Otros hablan de hacer allí un monumento al caucho, con literatura e imágenes sobre lo que representó esta producción.
Alega que no tiene  intención de que estas personas dejen de cobrar, pero aboga para que justifiquen sus salarios haciendo La Factoría productiva, es decir, que si no es con la producción del caucho, como fue en el pasado, que este personal se encargue del centro visitación turística que se propone, al tiempo que se atiende la poca producción del caucho de aquellos que se resisten a apártese del árbol que llora dinero.
“Le hemos propuesto al encargado de Agricultura de esta zona que ese dinero que se paga de nómina debe hacerse productivo, en beneficio de la comunidad, pero no hemos tenido respuestas”, asegura Leonardo, un ferviente vocero del a comunidad, que además lucha por la reconstrucción de las carreteras.

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