El arzobispo de Santiago, Ramón Benito De la Rosa y Carpio, hace un gran esfuerzo desde su importante posición exclesiática para mantener viva la tradición de las fiestas patronales en esta ciudad, pero la verdad es que las autoridades les apoyan por puro asunto protoclar, que pena. Al gobernador José Augusto Izquierdo, no se le vio muy entusiasmado y el síndico José Enrique Sued Sem, lo que le interesaba era la reinauración de parque Plaza Fernando Valerio, una obra de 38 millones de pesos y una glamurosa e inecesaria ceremonia que también debió llevar mucho dinero a los bolsillos de los asesores municipales. SANTIAGO.
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