He podido ver como afanosamente sirven de obreros, echan gente hacia los lados para facilitar el paso de los lechones y sus fuetes, así como de otros personajes, que cubren el escenario de las avenidas Las Carreras, Francia y las calles Del Sol y Daniel Espinal, que bordean la famosa Área Monumental.
Al ver esta acción en varias semanas consecutivas, me da por pensar que el sentimiento cultural de estos ejecutivos de la televisión es muy significativo, tanto que lo motiva a dejar sus áreas de sillones cómodos, ambiente con bajas temperaturas y café para exponerse al calentón de las calles y la muchedumbre, de la cual ya se apartaron.
Se que el costo por hora de transmisión en la televisión es alto, no lo averigüé porque esto es un artículo, no un reportaje, pero ver como esta gente dispone de toda una tarde y parte de la noche para la difusión de una fiesta monótona como esta me llama a hacer la interrogante.
¿Es que el carnaval deja tantos beneficios económicos como para que estas personas se esfuercen tanto por llevar este espectáculo a la televisión o es solo filantropía de los dueños de estas empresas, son ellos en realidad tan amantes la cultura?
Y que pasa con esa gente que se disfraza cada domingo y que sin saberlo a veces, forma parte de la materia prima de un negocio del cual nunca se les aclara a la población que pasa con los recursos que deja.
Sería bueno que con la misma medida en que insisten para que las personas se amontonen cada semana para ver le mismo evento de todos los años, se le diga al pueblo porque hay tanto afán por el carnaval, porque si es amor por la cultura, aplausos, y si es por dinero, también aplausos.
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