Lo escrito más
adelante no tiene el ánimo de una defensa hacia el perseguido, sencillamente,
apena lo mal que se maneja y se ha manejado, siempre, la institución encargada
de poner el orden, lo propio le ha ocurrido a Estados Unidos con hijos
consentidos como Manuel Antonio Noriega de Panamá, Sadan Hussein en Iraq, Osama
Bin Bin Laden en Afganistán y otros que iremos descubriendo tanto aquí como
allá con el correr de los tiempos.
La soga siempre
romperá por lo más estrecho. Ese axioma no tiene desperdicio. Lo único
lamentable de esta estrechez de La Soga es que está enfrentado al grupo que lo
aupó para llegar a tener la fuerza que acumuló, pero que hoy, lamentablemente
de nuevo, no sirve para los intereses que fue creado ese Rambo dominicano,
porque todos los Jefes de Policía que pasaron durante su apogeo tenían
información plena del papel que estaba desempeñando ante la envestida
equivocada que se le ha dispensado a la delincuencia durante largos años.
Ayer, La Soga y
otros más fueron usados para eliminar escorias de la sociedad y al ras de esas
eliminaciones hubo muchas equivocaciones, violando todos los preceptos
constitucionales, y estaba bien, hoy, él es el perseguido. Y que no quiera la
policía querer alegar que se le fue de las manos su hijo consentido, porque los
que hemos seguido la trayectoria trazada por él y otros miembros de la
institución, sabemos que en un principio fueron muchachos de mandado, debido a
que en esa institución las órdenes salen desde lo más alto hacia lo más bajo.
Lo escrito más
adelante no tiene el ánimo de una defensa hacia el perseguido, sencillamente,
apena lo mal que se maneja y se ha manejado, siempre, la institución encargada
de poner el orden, lo propio le ha ocurrido a Estados Unidos con hijos
consentidos como Manuel Antonio Noriega de Panamá, Sadan Hussein en Iraq, Osama
Bin Bin Laden en Afganistán y otros que iremos descubriendo tanto aquí como
allá con el correr de los tiempos.
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