MÁXIMO LAUREANO
Analizar los errores defensivos de un juego de béisbol, cuando estos errores suman carreras para la derrota del equipo al que sigue, es doloroso, es una justificación no válida, porque los peloteros están en las posiciones para sacar corredores (hacer out).
Por muchísimas razones cometen errores, los acabamos en las críticas y nos volvemos analistas y para ser los más injustos dedicamos menos tiempo para destacar sus buenas jugadas, son más célebre las series que se han decidido por un error que aquellas, donde ha habido excelentes jugadas.
Pero sepa usted que ha decidido leer esta corta reflexión de un liceísta dolido, que no es lo mismo analizar los errores, 3 ó 4 en un juego de serie regular que son 50 partidos, no es lo mismo, que evaluarlos en un juego del llamado Round Robin, escenario, donde con juego, el equipo se puede caer.
En la serie regular, tiene chance de hacer ajustes, cambiar peloteros de posición, en fin las alternativas son muchas, pero resultas que estas alternativas disminuyen considerablemente en la la serie de cuatro equipos.
Ahora bien ver estos errores, en una serie ya limitada a cinco juegos, en una serie final, no hace a nadie paciente, sobre todo a un fanático, que vio a su equipo ganar tres juegos, con pocas carreras, a puro picheo, los errores han cambiado la cara de la serie, se quiera admitir o no.
En el juego cuatro los errores dejaron su cuota de carreras a favor un jugo que ganó el Escogido 6-5, en este juego, Licey cometió 3 ó 4 errores. El quinto juego también tuvo errores para Licey, no se cuantos, pero está claro, que un 8-0, no es para agarrarse de ese aspecto, el picheo rojo impuso su ley.
El juego del domingo, no tiene otra explicación que presión azul, que pudo haber venido, por un exceso de confianza, tras ganar los primeros 3 juegos, con un Escogido limitado a 2 carreras, no se puede hablar de condiciones de terrenos, porque en esta serie, los equipos visitantes tienen la ventaja de que juegan en su casa.
En el segundo juego valoré en un artículo, la experiencia en series finales, de Eric Aybar, Anderson Hernández (se fue a Japón) y Emilio Bonifacio, esto se ha ido abajo, sus promedios de bateo individuales, no llegan a .200 y sus guantes parecen necesitar una pega como la que recomendé a las Águilas en juegos anteriores.
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